Compartiendo claves y experiencias sobre e-learning y formación de profesorado en la Universidad Federico Santa María de Chile
He vuelto encantada, “con gusto”, como dirían por allá, después de pasar unas semanas, durante agosto, en la Universidad Federico Santa María (USM) de Chile, institución cuya formación, más allá de lo científico y profesional, se preocupa también de lo humano.
Con varios campus y sedes repartidas en distintas ubicaciones del país (Santiago, Valparaíso, Viña del Mar, Concepción…), es universidad líder latinoamericana en ingeniería, ciencia y tecnología según prestigiosos rankings mundiales. Fue de las primeras universidades chilenas en nacer. Lo hizo gracias a la generosidad de quien le da nombre, Federico Santa María, emprendedor que vivió de forma austera para donar, al fallecer, hacia 1920 en París, casi toda la fortuna que hizo en vida para fundarla.
Fue también por voluntad de Santa María que se orientó a ofrecer la oportunidad de estudiar a jóvenes sin demasiados recursos (los llamados “desvalidos meritorios”), y que buena parte de su profesorado inicial fuese de procedencia europea, sobre todo Alemania.
Asimismo, la USM viene apostando institucionalmente por las TICs y el e-learning como apoyo a la enseñanza-aprendizaje en sus programas para fomentar el aprendizaje activo y significativo de los estudiantes, a través de modelos del tipo flipped classroom o aprendizaje invertido, así como desarrollando distintos recursos educativos en abierto online y actividades semipresenciales o totalmente online, algunas próximas al formato MOOC o SPOC, con objetivo de servir de complemento o apoyo formativo a sus estudiantes.
Lo anterior se ha traducido en la puesta en marcha de varios recursos tecnológicos y actividades y servicios de apoyo y capacitación al profesorado, como venimos haciendo desde la propia UNIA, según tuve también ocasión de compartirles. Todo ello enmarcado en el Vicerrectorado Académico, al frente del cual está Eugenio González, y a través de la llamada Dirección General de Docencia (DGD), dirigida por Gonzalo Fuster. Con ambos tuve la oportunidad de conversar sobre estas y otras cuestiones.
Esta DGD, que se encarga también de los estudiantes, se descompone, al tiempo, en varias áreas. Entre ellas la Dirección de Enseñanza Aprendizaje (DEA), a cuyo director, el profesor Hugo Alarcón, tuve la suerte de conocer en enero de 2017 en un seminario sobre Recursos Educativos en Abierto en Valdivia al que ambos fuimos invitados como ponentes.
Entre las herramientas, el campus virtual de la USM, basado, como el nuestro, en la plataforma Moodle, sistemas de videoconferencia, y un aula polimedia, con cámaras, croma y pizarras del tipo lightbox, para la producción audiovisual que funcionan con el apoyo y asesoramiento de técnicos y pedagogos, como los llamados equipos DEO, que componen un área de reciente creación (abril de 2018) la llamada Dirección de Educación Online, coordinada por Pilar Gárate, que me comentaba, durante mi visita, su experiencia en este sentido.
Desde el Centro de Innovación para la Calidad Educativa (CICE), que forma parte también de la estructura de la USM para el fomento del uso de las TICs y la Innovación Educativa, se viene capacitando al profesorado en esta materia mediante diversas actividades presenciales y online, coordinadas, entre otros, por Cecilia Ritchie, encargada de Recursos Didácticos del CICE, quien me acompañó durante toda mi estancia (¡mil gracias por la gran acogida!) y que me contaba, como también se recoge en esta noticia, que estandarizar el uso y la incorporación de tecnologías en docencia universitaria forma parte de los retos de la institución.
Conocer toda esta actividad de la USM y compartir mis experiencias y conocimientos como técnico responsable de formación de profesorado y proyectos de e-learning e innovación en la UNIA (y como docente usando TICs y participando en iniciativas de innovación en la UMA) han sido parte de los objetivos de mi estancia en esta Universidad.
En pleno curso académico (recordemos que nuestro agosto veraniego es allí puro invierno), he podido conversar y reunirme, además de con las personas ya citadas, con otras como Teresita Martín, también del CICE y que actualmente está elaborando una propuesta de marco regulatorio para desarrollar y evaluar las llamadas “Competencias Transversales Sello” de estudiantes de la Universidad, entre las que se hallan Innovación y Emprendimiento; Comunicación Efectiva; y Manejo de las TICs, y a las que he contribuido con algunas ideas.
Además, conocí la actividad que coordina Celin Mora desde el llamado Centro Integrado de Aprendizaje en Ciencias Básicas (CIAC), espacio, de acceso libre, para fortalecer las competencias y capacidades de los estudiantes de primer año, dándoles apoyo integral para su éxito en la inserción universitaria, que ha conseguido resultados positivos atendiendo a las tasas de rendimiento académico de los participantes, y que ahora se propone extender sus servicios a estudiantes de segundo año, implementando estrategias basadas en acompañamiento docente presencial y en red, TICs y recursos educativos en abierto, así como desarrollar iniciativas de inclusión para estudiantes discapacitados.
Talleres sobre claves para “virtualizar” sin “desvirtuar” la enseñanza-aprendizaje online para cerca de 1oo docentes
He tenido además la oportunidad de impartir varias ediciones, en concreto tres presenciales en los campus de Santiago, Valparaíso y Viña del Mar de la USM y una por videoconferencia para los de Concepción, de un taller que denominamos “Digitalizando la enseñanza-aprendizaje universitaria: claves y casos prácticos aplicables a la USM para no ‘desvirtuar’ lo virtual” y que se ofreció como recurso para, entre otros, los docentes participantes del Diplomado en Docencia Universitaria que organizan desde el DEA, un programa semipresencial en el que varios metatutores, más experimentados en TICs e Innovación, acompañan al profesorado novel de la Universidad y que en su segunda edición ha pasado a ser obligatorio para éstos, como me comentaba Cecilia Ritchie.
Abajo comparto la presentación empleada. Me siento agradecida y feliz con la buena acogida y el éxito de participación: cerca de un centenar de docentes de la USM estuvieron en alguna de las sesiones.
Algunas reflexiones a partir de todo…
Tras el último taller, celebrado en Viña del Mar el 21 de agosto, un compañero de prensa me preguntaba, en una entrevista sobre mi visita para el periódico de la Universidad, sobre los peligros de “desvirtuar” el e-learning.
Le contaba en la citada entrevista, en la línea del taller, lo que a mí parecer son cuestiones esenciales. Algunas, por ejemplo (en la propia presentación del taller hay más):
- Reducir las actividades formativas a meros contenidos y no pensar en la importancia de la actividad y de la experiencia. Somos personas, queremos interaccionar, buscamos emociones, el e-learning debe humanizarse. Repositorios de recursos educativos en abierto de calidad, Moocs… hay muchos, debemos aportar valor añadido con experiencias atractivas, usables, asequibles…
- No planificar la enseñanza-aprendizaje en red de forma estratégica. A veces no se le da la importancia que merece a la toma de decisiones previa sobre el diseño instruccional de cursos online; o las cuestiones básicas no se comunican, mediante recursos como guías didácticas, mensajes de seguimiento grupal, etcétera, de forma proactiva a los estudiantes. Se trata de adelantarse y evitar que las quejas o los problemas vengan por falta de información o una mala comunicación interna.
- Falta de coherencia y/o filtrado. Otras veces se comete el error de saturar con muchos recursos, o sin un orden lógico o una información contextual y de guía adecuada, a los estudiantes. Que estén online no significa que tengan más horas al día. Aprovechemos para proporcionarles recursos complementarios adaptados a distintos perfiles, pero cuidado con el que podríamos llamar “Síndrome de Diógenes Digital”. La curación de contenido, junto a la tutorización y a la comunicación cercana y personalizada, es hoy fundamental para el éxito del aprendizaje en entornos digitales.
- Exigir a los estudiantes lo que no hacemos como profesores. Los docentes deben servir de modelo y demostrar que poseen cierto nivel de competencias digitales básicas. Y no me refiero a lo meramente técnico o instrumental, sino también a cuestiones relacionadas con el respeto a una serie de principios básicos. Entre las cuestiones más delicadas siguen estando, ya sabéis, los derechos de autor y la propiedad intelectual. Compartir nuestros contenidos, ya sea en el campus virtual, ya sea a través de repositorios de la universidad o en otros externos en red, indicando licencia (las Creative Commons son una alternativa muy viable en el actual contexto de cultura digital), así como asegurarnos, cuando incluimos recursos externos, que su licencia lo permite y citarlos correctamente (¡no citar equivale a plagiar!, ¡y recordad además que siempre mejor enlazar que subir!), y pedir lo mismo a los estudiantes, es fundamental.
- Intentar poner “puertas al campo” en e-learning. Lo mismo que usamos recursos online de otros y compartimos los nuestros en red, más allá del campus virtual, y proponemos, en docencia presencial, actividades complementarias más allá de la lección magistral o del aula, se trata de salir del campus virtual para aprovechar el potencial de la Red y de los llamados medios sociales: impulsemos nuestra marca digital y conformemos nuestros entornos personales de aprendizaje que sirvan de ejemplo a los estudiantes, propongámosles actividades, basadas en la búsqueda de información en red o en la generación de contenidos digitales, que potencien sus competencias digitales básicas, tan necesarias hoy como profesionales. Las aulas cerradas y las visiones unívocas de docentes han dejado de tener sentido en esta sociedad red, se trata de aprender a aprender de forma continua, de visiones múltiples y de manera conectada y colaborativa. Muchos son residentes online, están habituados a la tecnología, pero usan la red con finalidad personal, se trata de que conozcan herramientas más allá de las redes sociales generalistas y les saquen potencial para su aprendizaje y su desarrollo profesional. En la presentación proponía varias ideas, fruto de la experiencia… Se trata de apropiarse de las herramientas, de hacer un uso creativo de la tecnología (como en su día pretendía impulsar el catálogo Creaticinnova que desarrollé en la UNIA).
- No conectar (a lo presencial en su caso, a otros espacios en red…). De nada sirve usar el campus virtual al margen de las clases presenciales, ni tampoco emplear otros espacios online sin darle un claro sentido a cada uno y hacerlos visibles desde el campus virtual, o sin aportarles valor (incluyendo a efectos de evaluación) a la actividad que nuestros estudiantes realicen desde éstos. La guía tiene que recoger nuestro planteamiento como un todo, y todo lo que consideremos esencial para el desarrollo de las competencias del alumnado debe ser seguido, y valorados sus resultados, por los docentes.
- Dejarse llevar por corrientes de aprendizaje. Se habla mucho de determinados modelos de aprendizaje hoy, como el llamado flipped classroom que antes citaba y que lógicamente tiene su sentido… Pero a veces lo más eficaz y eficiente son modelos menos innovadores, pequeños cambios… lo importante es pensar siempre en perfil de los estudiantes y ofrecer una experiencia de aprendizaje usable, comprensible y atractiva.
- Lo técnico y/o lo pedagógico por encima de lo humano… En la actual sociedad líquida, donde muchas empresas online ,como los propios cibermedios, luchan por fidelizar a sus usuarios, el abandono también está a la orden en actividades de enseñanza-aprendizaje online, especialmente cuando son opcionales o gratuitas (pensemos en los MOOCs). Y para combatirlo, nada mejor que cuidar esta experiencia, ofreciendo actividad, en el sentido de hacer, haciéndolo cuidando aspectos formales y estructurales (navegación, organización de recursos…) y, sobre todo, humanizándola. La inclusión de vídeos o las conexiones en directo vía chat o videoconferencia, además de la acción tutorial clásica online, pueden contribuir a que los estudiantes perciban los campus virtuales no como repositorios sino como verdaderos entornos, redes, de aprendizaje acompañado online.
Termino con una reflexión muy ligada a estos últimos puntos. Cuando el compañero de prensa de la USM me preguntaba cómo veía el e-learning en la universidad dentro de veinte años (menudo reto de prospectiva, ya sabéis que 20 años en Internet son muchos), me atrevía a decir que, en mi opinión, el futuro estará, en lo que se refiere a la enseñanza oficial universitaria de Grado, en lo semipresencial. Entendiendo que todo se plantearía de forma que las barreras entre lo presencial y online serían casi invisibles, gracias a tecnologías que fomentarán la telepresencia y el aprendizaje ubicuo y conectado, y que el centro serían las personas, su actividad y la interrelación entre ellas.
El big data empieza a permitir un seguimiento más personalizado de la actividad de los estudiantes online así como proveerlos de itinerarios y recursos personalizados, y la robotización, que ya empieza a materializarse en forma de chatbots y otras herramientas, tal vez pueda descargar de tareas mecánicas a docentes y gestores y permitirá que estos se dediquen a aportar valor… Quien sabe. Lo que está claro es que el e-learning es ya una realidad y debe plantearse como opción en la enseñanza universitaria. Ya sea de forma combinada con la enseñanza presencial, ya sea mediante la puesta en marcha de nuevos proyectos formativos totalmente online.
Para el profesorado el esfuerzo viene sobre todo al principio, que nadie se engañe. La virtualidad implica dedicación. Pero también es cierto que las TICs pueden facilitarnos la realización de una serie de tareas que ya venimos realizando en docencia presencial, como la comunicación y el seguimiento individual de los avances de los estudiantes (me daréis la razón si pensamos por ejemplo en la tutorización de proyectos de fin de grado, que en mi caso realizo en gran parte por videoconferencia y vía Drive), así como su evaluación (por qué no usar el campus virtual, mediante la herramienta Calificaciones, para ofrecerles además de su nota final un boletín detallado de sus resultados en evaluación continua que nos evitará revisiones futuras presenciales…). Esto es, no se trata de duplicar esfuerzos sino de una cuestión de gestión de tiempo, de hacer las cosas de otra manera, más eficaz y eficiente para ambas partes y que por tanto incidirá positivamente en la valoración que los estudiantes tienen del profesorado y de las propias universidades.
¿Qué hay, por último, de las instituciones, si se ven también beneficiadas por esta gestión innovadora de la enseñanza-aprendizaje?, ¿cómo afrontar el problema de la falta de implicación o motivación de esa parte del profesorado que se resiste a lo digital y a lo innovador? Está claro que es importante, ya lo comentábamos durante mi estancia en Chile, que las Universidades no sólo den recursos y soporte al profesorado, sino que también reconozcan, a través de incentivos en forma, por ejemplo, de reducción docente o de promoción profesional, su participación en iniciativas y proyectos de Innovación Educativa, como se viene haciendo con los de I+D+i. Docencia e investigación tienen que estar al mismo nivel, a todos los efectos, en aquellos sistemas universitarios que no separan ambas figuras, las de docente e investigador. Ya lo comentábamos hace años en las reuniones de la subsectorial de universidades públicas andaluzas de Innovación y formación de profesorado, y se ha avanzado en ello en los últimos años en España: la docencia debe dejar de ser la “hermana pobre” de la investigación.
En la misma senda parece caminar también la Universidad Técnica Federico Santa María. Gracias por tanto.
“La herencia que dejan los hombres se mide por la grandeza de sus obras y por el espíritu que mueve su quehacer” (Federico Santa María Carrera, filántropo, visionario, emprendedor y fundador de la USM)
***
*Más imágenes vía FlickR. Gracias también a Antonio Viciana por la ayuda y por compartir también experiencias acerca de emprendimiento:)