MAUTHAUSEN: EN LA FRONTERA DEL
EXTERMINIO.
Datos de producción.
Mauthausen: en la frontera del exterminio consta de seis episodios de unos 30 minutos de duración cada uno; la dirige Luis Colombo –quien parece ser también el locutor-, en el año 1994.
De la producción y ventas internacionales se ocupa Colombo Films (4), junto a Joaquim Domínguez, quien también colabora en su producción.
El cámara es Draguy Steiner, y Dani Acosta es el ayudante de cámara. Pablo Amengol y Pedro Picatoste realizan el diseño publicitario.
Emilio Soler es el asesor histórico, y Manuel García (uno de los testigos superviventes de Mauthausen), asesor en Austria.
El guión es de Alfons Pérez, Santi Hernández y Manuel Biosca.
El sonido directo corre a cargo de Martín Gulverwell.
El archivo de imágenes corresponde a HTV. ZAGREB, y los “computer graphics”, al Estudio Creación GENTE.
Del montaje y de las mezclas se ocupa GRUP 3.
La música es de Richard Wagner.
Puesto
que la serie de televisión se grabó en vídeo Broadcast, en formato Betacam SP,
no fue necesario el utilizar revelado en ningún laboratorio; combina imágenes
en color con otras en blanco y negro.
Los cinco deportados protagonistas son Pedro Ruíz, José Jornet, Francisco Aura, Manuel García, Sebastián Mena.
Contenidos.
Esta serie documental- dramática tiene su base argumental en el testimonio de cinco de los españoles ex –deportados de Mauthausen, quienes narran desde su vejez la experiencia de su exilio del régimen franquista, su lucha como parte de la resistencia francesa, y su ingreso en el campo austriaco tras ser Francia ocupada por los Alemanes. Describen la violencia de los capos, los trabajos forzados a los que fueron sometidos, la tortura y los crímenes nazis, elementos cotidianos en el campo, hasta su liberación a finales de la II Guerra Mundial. Cómo pudieron sobrevivir y qué ha sido de sus vidas son aspectos que se tratan en esta cinta de testimonio.
El tema principal de la serie es el drama de algunos republicanos sometidos a las políticas concentracionarias nazis, a través del testimonio de éstos, que aporta datos sobre distintos aspectos, y ello da lugar a la división de la serie en distintos capítulos y secuencias, cada una de las cuales se titula según el asunto que trate; asÏ, La Huída a Francia (la caída de la República, La lucha en Francia contra los nazis, detención de la Gestapo...) como planteamiento y causas de su entrada en el campo. Comienza la pesadilla (El traslado a Mauthausen[1], la llegada al campo,. Los triángulos...), Los asesinos andan sueltos (Las razas, los Capos...), La Represión (las duchas, los crematorios, la cantera...), y La prostitución en el campo [2](Otto el Buitre, el burdel, el homosexualismo[3], anécdotas), forman parte del nudo, del testimonio sobre su estancia en Mauthausen, para terminar, con el capítulo sexto, con el desenlace y el fin de la pesadilla: La Liberación (la comida, los suicidios, canibalismo, la liberación).
En resumen, el narrador es la voz en off, y los testigos son los protagonistas absolutos. La serie recoge desde el horror y la barbarie más absoluta (desde el punto de vista ideológico de los testigos, comunistas), hasta meras descripciones del campo, incluso datos anecdóticos (como los partidos de fútbol por nacionalidades en el campo). Personifica así un drama colectivo en estos cinco “personajes” reales.
Recursos Formales.
La mayoría de los escenarios donde atestiguan los ex deportados son interiores con iluminación neutra, donde no se le da demasiada importancia a ésta (incluso hay algunos errores de sobreexposición). Así, pues, cuando se trata de los supervivientes, priman éstos sobre los escenarios; lo que importa es su testimonio, lo realista. Al contrario, en otros planos rodados en el exterior de Mauthausen hay un uso de la luz con fines más artísticos; el monumento en memoria de las víctimas silueteado, a contraluz, sobre un cielo azul intenso, por ejemplo (capítulo VI).
Pero la puesta en escena se aprecia sobre todo en los protagonistas; se usan recursos dramáticos para definirlos (acercar la cámara hasta un primer plano en los momentos más emotivos de su testimonio), caracterizándolos. Cada uno representa así, una visión distinta del tema, aporta distintos aspectos. Vemos, por ejemplo, desde una persona afectada como Jornet (drama), hasta otras más optimistas, como Mena (anécdotas) o incluso sencillas y espontáneas, como Pedro Ruíz, que lo mismo ríe que llora.
Por otro lado, los testigos no miran directamente a la cámara, sino junto a ella, y puede intuirse que ahí está situado el realizador, entrevistándolos; este y otro aspecto, como es que los fondos siempre aparezcan borrosos, viene a confirmar el hecho de que importan las personas y su historia, y no el resto.
Respecto a los tipos de planos, los testimonios se enmarcan en planos medios, con los hombres de frente o medio de perfil centrados en la superficie del plano –sólo cuando pronuncian las palabras más duras, encontramos planos más cortos, con un claro efecto, como antes mencioné, dramático-. El resto son planos generales de la guerra, planos detalle (pasaporte o postales de los testigos, taburetes, duchas, emisoras o letreros del campo...), o planos conjunto (fotos de los comunistas...); la mayoría, con fines descriptores.
Abundan los planos- secuencia de larga duración (testigos), la mayoría captados con un objetivo normal.
En cuanto a la movilidad de la cámara, pueden señalarse, por un lado, los planos fijos de los testigos (sólo hay zooms in en contadas ocasiones, muy lentos y suaves, de efecto dramático) y, por otro lado, el movimiento de las imágenes en color de Mauthausen. Algunos ejemplos son el zoom in brusco acompañado de una música exaltada hasta la puerta del campo (efecto dramático), o el zoom out de las ventanas de las barracas. Incluso las imágenes fijas cobran vida a base de alejamientos y acercamientos del objetivo.
También son frecuentes en dichas fotografías y en otras imágenes del campo las panorámicas horizontales y verticales, ascendentes o descendentes, así como una especie de travellings ( la cámara sobre un vehículo, hace un barrido lateral paralelo a la carretera); o el plano de la escalera del capítulo VI, ascendiendo paralelo a ésta con la cámara a hombro. En general, producen dinamismo.
La angulación de la cámara es normal en los testimonios, pero en el resto hay varios picados (como el del capítulo V, cámara en mano, sobre un camino adoquinado, que simula los pasos de los deportados), o contrapicados (a la chimenea, combinado con un zoom; o el de las alambradas en el último capítulo).
Las imágenes de Zortzico final son en su mayoría en color; la excepción la constituyen las imágenes originales de noticiarios (prólogo), fotografías y fragmentos de cintas de la época, otorgando a la cinta un mayor realismo. A veces, se emplea el uso del color y del blanco y negro como contraste, alternándose planos de un mismo lugar en distinto tono a través del montaje, creándose así un paralelismo entre el pasado y el presente de Mauthausen, que llegan a formar un tiempo y un espacio únicos.
Por otra parte, hay un uso del sonido diegético; en primer lugar, sonido in de los testimonios (los ex deportados hablan en directo); en segundo lugar, la voz en off del narrador, que añade información a estos testimonios y conduce la historia; de este modo, van enlazándose por dicho sonido planos y secuencias, color y blanco y negro, etc.
La música tiene distintos tonos a lo largo del metraje; añade dinamismo y dramatismo a las imágenes del prólogo; ambienta la historia, como elemento simbólico de una época y de unos ideales en el primer capítulo (“¡ Ay, Carmela!”, junto a la voz en off y a las imágenes de los combatientes republicanos en el frente); se va transformando a la vez que la situación empeora, creando incluso algo de suspense (por ejemplo, en el tercer capítulo enfatiza las palabras que un testigo pronuncia en la secuencia anterior “Nos hicieron firmar la pena de muerte”); y se hace más alegre tras la liberación (una música típica del pueblo de Mauthausen acompaña a unas imágenes llenas de colorido), o se torna triste con el recuerdo a la cantera el último capítulo.
Por tanto, en general, reafirma y enfatiza las imágenes, las llena de dinamismo y dramatismo; la música crea efecto, se coloca incluso por encima de la voz en off o la hace desaparecer cuando las imágenes no necesitan palabras.
Haciendo
referencia a las palabras de Colombo, "la música de Wagner contribuye a
crear un clima idóneo para la narración, ya que los alemanes eran muy dados a
escuchar música clásica y de cámara dentro del campo".
El montaje articula las distintas imágenes –planos de los testigos y del campo y el pueblo de Mauthausen rodadas para la serie; fragmentos en blanco y negro de películas y noticiarios antiguos-, de forma que el ritmo de cada capítulo va en aumento, “in crescendo”.
Así, la primera parte (testimonios) es una mera sucesión de planos por corte directo que, además, poseen una composición muy similar y duración mayor. Pero a partir de aquí, se alteran las distintas imágenes mediante recursos variados.
En la mayoría de las ocasiones, como expliqué anteriormente, a través del sonido (voz en off, música); otras veces, mediante recursos como paralelismos conseguidos a través de un juego del color y el blanco y negro; incluso mediante encadenados (el del prólogo, que pasa enlaza un primer plano de Himmler con otro de un cuerpo esquelético de un deportado, de clara intención simbólica y dramática, metáfora causa- consecuencia, asesino- víctima). El fundido en negro se emplea para dividir las distintas partes y secuencias, como ordenación de la narración.
Conforme vamos avanzando al desenlace, los planos tienen mejor duración, y van combinándose imágenes de planos extremos (generales/ detalle), se alteran las panorámicas laterales con los zooms, y se acrecienta la música. Todo ello hace que el ritmo aumente (aunque introduce en medio –cuarto capítulo- un ralentizado de la imagen, dejando espacio a la reflexión y aumentando a su vez el suspense).
En general, la estructura del montaje sigue un orden cronológico, aunque interrumpido por frecuentes flash- backs con las fotografías en blanco y negro, por ejemplo (saltos atrás en el tiempo en cuanto a las imágenes, como meras explicaciones, pues el orden de la narración es progresivo y la voz en off siempre nos lleva a lo largo de los hechos). Podemos hablar, pues del uso de imágenes- recuerdo.
Respecto a los códigos gráficos, se usan las didascalias para separar secuencias y capítulos, los títulos para los créditos al final de cada episodio -con el reparto primero, y los propósitos de la serie y algunos datos significativos después-, los subtítulos en cada intervención de los testigos (con su nombre y el número de deportado), y otros escritos varios diegéticos, como la frase del mausuleo español (“A la memorie des Republicains Espagnois moris pour la liberte”), tan simbólica, o postales de los deportados a su familia (“A mi querida tía...”), cuya letra a mano implica una mayor personalización. Todos estos códigos reafirman lo expresado con imágenes y sonido.
La totalidad de los recursos formales se emplea con varios fines, sobre todo en una doble vertiente; por un lado, con fines documentales, para apoyar el testimonio de los testigos españoles supervivientes del campo (por ejemplo, fotografías, voz en off...); por otro, con intención dramática, para implicar al espectador y hacerlo partícipe del horror y la pesadilla concentracionaria (simulación del recorrido de la carretera hacia Mauthausen, por ejemplo), así como para individualizar a los distintos testigos (es por ello que sus nombres se mencionan, por el sonido o con los subtítulos, cada vez que se habla de ellos).
Junto a ello, encontramos muchos símbolos: triángulos azules, peldaños de la escalera...
Y todo, en fin, para presentarnos una clara defensa de los ideales comunistas, del heroísmo de la lucha en el frente, de su injusta pesadilla, etc, es decir, encierra un gran contenido ideológico, antifascista por encima de todo.
Concluyo afirmando que existe adecuación entre estos contenidos y formas; emplea la individualización del tema mediante la voz de los cinco testigos y sus experiencias, su drama; pero se apoya en el narrador para distanciarnos de tal particularización, presentando el tema como lo que es: un drama colectivo, de millones de muertos. Gana así objetividad y credibilidad. Pero ésta no resta en ningún momento impacto emocional, pues están presentes en todo momento, alternándolas con las palabras, las imágenes grises de esta triste realidad de Mauthausen, los cadáveres, los hornos; con estas imágenes juega con la doble ventaja de la veracidad y del impacto visual. Sin embargo, lo que pretende ante todo es contar la historia de sus cinco hombres, por lo que la serie concluye con imágenes de éstos.
En cuanto al uso del montaje –ya hablaré de su calidad más adelante- parece el apropiado: lentitud y calma a la escucha del testimonio de los ex deportados, lleno de horror y más crudo, si cabe, que las imágenes, por lo que no necesita ningún artificio; y dinamismo, incluso brusquedad para el resto de las imágenes de la barbarie del campo, a un ritmo tan rápido como la caída de los hombres en Mauthausen.
Análisis Crítico.
COLOMBO FILMS
comienza su actividad profesional en el año 1975 con la corresponsalía de
Noticiarios Documentales NODO para las provincias de Alicante, Murcia y Almería,
en donde y hasta su absorción por TVE, filma más de 100 reportajes en color y
blanco y negro: NODO 2657B Miniaturas de Cristal de Benidorm, NODO 1657A
Mini-tren entre rascacielos, NODO 1652B Castillos de Alicante, color, NODO 1652A
Salinas de Santa Pola, NODO 1648B Inauguración Campo de Fútbol del Hércules,
partido Hércules -Barcelona, etc, así hasta el NODO 1676B Casa Museo de Azorín,
color.
Paralelamente
a esta actividad, Colombo Films
trabaja en diferentes departamentos en más de una treintena de películas
(largometrajes de 35 mm); señalaré títulos como Sólo
ante el streaking, de José Luis Sáez de Heredia (1975), Los tres mosqueteros, de Richard Lester (1976), Río
Bravo, Justine, (1977), o Diosa
Canibal y Caníbales (1980), todas de Jess Frank; Las brigadas rosas (1981), de Olivio Mathó, El último harém, de Willi Rigan, Muñecas de trapo (1982), de Jorge Grau, Reir más es imposible (1982), de Mariano Ozores y Juanito Navarro, Las
chicas del río, de Jess Frank (1983), Commando
Pantera, de Peter Knight (1984), Objetivo
Mengueli (1985), con Fernando Rey, Commando
terrorista (1986), del propio Colombo, Dark
Mission, con Chistopher Lee (1987), Madjer
super star, para la televisión argelina (1988); o producciones más
recientes, algunas bastante conocidas, como Huevos
de oro, de Bigas Luna (1993), La
jungla del miedo, de Jess Franco (1993), Un largo es un corto, de Rafael Sabater (cortometraje, 1996), o Una
cita con el embajador, de Manuel Martínez (cortometraje, 1997).
Por
otro lado, la productora es corresponsal de
RTVE en Benidorm desde 1976, filmando y realizando más de 300 reportajes
anuales para múltiples programas nacionales y regionales: Gente hoy; Polideportivo; Gaceta Cultural; Gran Estadio, Telediario, Aquí
estamos; Deportes 4.30; Última edición; Hablamos; Al cierre; Tele-murcia;
Aitana; Los lunes: deportes; Vivir: arte y oficio; Hoy por hoy; Brújula;
Estudio- estadio...
Como
programas especiales - y junto al realizador de televisión Adriano del Valle-,
se filman una serie de programas para la Marina dedicados al programa Naval para
el Ministerio del Ejército en mayo de 1977, rodando en el portahelicópteros
"Dédalo", la Fragata , en la empresa Nacional BAZÁN con los
submarinos S-60, etc. En el año
1992 -y también con Adriano del Valle, realiza dos documentales en el Buque-
Escuela de Juan Sebastián Elcano, con motivo de su vuelta al mundo, en compañía
del comandante de la nave, Diego Colón de Carvajal y Maroto; con los helicópteros
"Hugues 500 SAW" realiza reportajes durante más de 30 horas de vuelo
con los tenientes Soto, Gracia, Ibáñez, obteniéndose una amplia experiencia
en tomas aéreas.
Realiza
dos Vueltas Ciclistas a la Comunidad Valenciana y una a Sedaví, para TVE,
obteniendo experiencia en este tipo de filmaciones en moto.
Por último,
mencionar los premios obtenidos en el "Festival Internacional de Cine de
Melilla": una Medalla de Plata a la mejor fotografía por el cortometraje
"Benidorm. El próximo año", y otra de Bronce en el "Festival de
cine Naval y del Mar de Cartagena" en el año 97.
Mauthausen, en la frontera del exterminio es una película de montaje rígido, con planos muy largos y siguiendo el mismo esquema narrativo al comienzo; pueden observarse, así, similitudes en los capítulos I y II. Es la voz del narrador la que imprime a las secuencias ritmo, brusquedad, o efectos; así, al final del capítulo IV, por ejemplo, hay un corte muy inteligente, que se hace repentino para dejar al espectador perplejo, tras la intensidad de las palabras anteriores pronunciadas por uno se los ex deportados: “Así lo liquidó” (efecto dramático del silencio). Sin embargo, también hay veces en las que la voz en off cambia de tema bruscamente (capítulo III): de uno demasiado anecdótico (la barriga de un deportado)a otro demasiado genérico (victoria del III Reich) que, en mi opinión, no es muy acorde con las imágenes de ese momento. No veo intención alguna en esta brusquedad.
La calidad técnica de la cinta no es demasiado buena, y encontramos un sonido directo a veces distorsionado, sombras de los testigos en una pared blanca por un descuido en el uso de la iluminación... Esto puede deberse, por un lado, al bajo presupuesto al tratarse de una producción independiente, o por otro, tal vez porque estos aspectos no sean considerados esenciales por el director. De hecho, no restan apenas fuerza a la película, e incluso hace que tenga su propio estilo (por ejemplo, entrevistas rodadas al modo televisivo, con la cámara sin cambiar de posición, con el mismo escenario siempre...).
Según
las palabras del propio Colombo, "se ha prescindido de recursos y se ha
optado por un montaje duro y poco efectista para respetar la dureza de los
testimonios, aunque ello desmerezca la posible brillantez de un montaje más
efectista; pero consideramos que de esta manera se llegaría de manera más
directa al espectador". Sin embargo, sí que vemos rasgos artísticos y
simbólicos, no ya por pura estética, sino con intencionalidad: implicar al
espectador y ponerlo en el lugar de los deportados acercándolo a la puerta de
Mauthausen o haciéndolo ascender la escalera, definir a los personajes y
humanizarlos: lloran, quedan en silencio, etc.
Es decir, incluye todo tipo de detalles personales, continúa grabando cuando los testigos se derrumban, así como muestra el testimonio íntegro de éstos, hasta el límite de lo desagradable (incluso más que las propias imágenes): “Te pasaban las máquinas por las partes, que aquéllos ni eran barberos ni nada... Sangrando” (Francisco Aura. Capítulo III).Que cada uno entre en consideraciones éticas respecto a la inclusión o no de esto; yo personalmente lo considero –aunque sin abusar y caer en el morbo- necesario: pasó, y hay que darlo a conocer como tal, con todas sus letras, guste o no. Además, otorga realismo al resultado final de la serie y crea, por otro lado, una determinada actitud de rechazo total al nazismo.
Esta condena se manifiesta, por ejemplo, con metáforas como la del prólogo: Himmler es el asesino, y aquí están sus víctimas es lo que nos quiere, en síntesis, expresar. El resto es un homenaje, como recalca al final, a éstas.
Para
finalizar, qué mejor que las palabras que me dedicó el propio director para
definir su experiencia: "Mauthausen fue uno de los muchos campos dedicados
a exterminar en serie a seres humanos, y cuando lo visité por primera vez me
impactó de manera que aún hoy a mis cincuenta años me sobrecojo y me pregunto
cómo fue posible algo semejante. Las tumbas de italianos, españoles, judíos o
rusos son una muestra de la barbarie nazi no hace aún tanto tiempo. Es
posiblemente esta serie de televisión lo más personal que he hecho en mi vida
profesional y todavía hoy me impresiona hasta el punto que leo todo lo
relacionado con los campos de exterminio en general y Mauthausen en particular.
Me encuentro ahora escribiendo un guión cinematográfico basado en la
experiencia en el campo de uno de los deportados. En general, el tratamiento
documental sobre Mauthausen ha sido bueno y bastante acertado, en los programas
que he visto sobre ello, y he visto varios..." Y yo lo apoyo.
[1] “Cuando llegó el convoy a la estación de Mauthausen, Ziereis ordenó que las mujeres y los niños se quedasen en el vagón y que los hombres descendiesen...” (Noche y niebla...M. Roig).
[2] “Al cabo de unos días vimos que llegaba a Mauthausen un coche celular con 10 putas dentro (...). La mayoría de las mujeres eran gitanas o presas comunes a las que le habían prometido la libertad a cambio de hacer de putas” (Noche y niebla...M. Roig).
[3]
“Si un deportado
conseguía ser el amante de un SS o de un kapo importante, tenía la vida
asegurada y también un cierto bienestar físico (...) Los testigos tienden
a hablar de la homosexualidad en los campos nazis desde un punto de vista
moralizante. La homosexualidad no era sino una consecuencia más de la
locura nazi” (Noche y niebla. M. Roig).